LORGOT Registrado: 30 Nov 2006 |
Publicado: Vie Nov 23,
2007 11:20 pm
Asunto: Barraca |
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Ponía el programa oficial
que resultaba ser una hembra castaña nacida en 1979 hija de El
Señor, de nombre Barraca. Barraca fue una honrada
yegua, mejor a dos años que a tres y que llegó al Valderas del
82 como outsider… Al menos eso creo recordar, tras quedar
segunda en el Carlos Sobrino.
Lo que sí recuerdo es
que en los mentideros y corrillos del hipódromo hacían lenguas
sobre la paternidad de la yegua. Y decían que no era El Señor
el galán que encandiló a su madre, sino que en una noche
flamenca, a la luz de la luna llena, hubo un romántico caballo
que, paseando altanero por la finca, se detuvo ante la mediana
valla de piedra que separaba la residencia de los sementales,
de la de las yeguas que se preparaban para criar.
Y
dice la leyenda que el mozalbete quedó prendado de las crines
de aquella yegua, de su apostura, y que no pudo apartar sus
abiertos ojos de la picarona sonrisa que ella le dedicó desde
su pradera. Y que se aproximaron, y que llegaron a rozar sus
bien cuidadas cabelleras, y que bajo las estrellas y
enamorados, se besaron.
Y que la yegua, que de mañana
había retozado (por esa fea costumbre que tienen los humanos
de meterse en lo que la naturaleza diseña) con El Señor,
rindióse a la galantería y atractivo de aquel otro mozo, y que
éste la abrazó como abrazan los caballos que se quieren y se
amaron durante la larga noche. Y como Dios es sabio, convirtió
la noche en el refugio de sus pasiones, y decidió premiar a
aquellos dos seres que se amaban y creó a Barraca, a la que todos
consideraban como hija de El Señor.
Barraca al nacer, sana y
lozana, conoció de los cariñosos y amorosos relinchos de su
madre, que había resultado hija de un desliz de juventud, le
contó su enamorada y tierna historia, y con este recuerdo
creció alegre y feliz en las praderas gaditanas.
Un
día, ya de yearling, Barraca paseaba por la
finca que la vio nacer, y presa de la curiosidad propia de la
infancia se acercó a la valla de piedra. Miró a lo lejos y
atisbó a un viejo galán de larga cabellera y altanera pose que
inmediatamente dirigió su cálida mirada hacia la potrilla.
Durante un instante, al cruzar sus miradas, se produjo un
salto de electricidad, un hilo invisible los unió, y ambos se
dieron cuenta de quienes eran: Barraca y El Gaucho, hija
y padre. Y Barraca
se despidió con un relincho, y El Gaucho, fijo, inmóvil, soltó
su lágrima, recompuso su galanura y recordó aquella ya lejana
noche de luna llena. _________________ Únete al Frente
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por LORGOT el Vie Dic 28, 2007 1:47 am, editado 1
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