Leonard Quercus Registrado: 13 Dic 2006 |
Publicado: Lun Mar 26,
2007 5:28 pm
Asunto: ESA MUJER ME RECUERDA A USTED |
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El martes pasado, día 20 de
Marzo, estuve en el Hipódromo comprando el abono. Fue una
emoción indescriptible, porque en el año 2006, a causa de
pitos y a causa de flautas, fui de los que tuvo que pagar su
entrada como un teniente todos los domingos. Y fue una emoción
indescriptible porque no tenía abono de las Carreras desde que
los aciertos en las apuestas se pagaban con cuentas de vidrio
y los vehículos que traían a los devotos desde el Paseo de
Moret eran troncomóviles. Os quería contar que el martes
día 20 llegué a la garita de seguridad a las 18:05, y que le
pregunté al guardia que ocupaba la garita, un bigotes al que
le sobraron treinta y cinco de los cuarenta segundos que
hablamos para darme la sensación de ser de esos que con porra
y botas reglamentarias se creen Harry "el Duro", dónde podía
comprar el abono. Afortunadamente, el episodio de Harry se
me olvidó hasta ahora, que os lo escribo, al asomarme a la
caseta aledaña a la garita, donde dos ninfas de las de
Garcilaso en soledad amena me preguntaron sonrientes qué
deseaba. Y volvió a ser una emoción indescriptible en un
primer momento comprobar mi nombre impreso sobre un código de
barras y saber que con ello me aseguraba un año entero de
carreras. Luego, a lo largo de la semana, y hasta el domingo,
como a buen neurótico, me asediaron todos los fantasmas
habituales: << Mira que si han apretado las ninfas
el botón erroneo y no puedo pasar>>. <<Mira
que si el agujero que me han hecho para insertar la cinta
verde por si quiero colgar el abono del cuello ha bloqueado el
campo magnético o lo que sea que haya de leerse con ese
aparato de "los puertas" que parece la pistola de Boba
Fett>>. <<Mira que si como no tengo números
debajo del código de barras mi carnet es falso>>.
<<Mira que si como hay temporal no se puede llegar
el domingo hasta La Zarzuela>>. <<Mira que si
se me va la olla por el cambio de hora del sábado y no llego a
la primera>>. <<Mira que si se les va la olla
a ellos por lo del cambio de hora y se arman un pitote y
suspenden las carreras>>. <<Mira que si los
caballos se declaran en huelga>>. En fin, burla
burlando la semana pasó y llegó el domingo; y hete aquí que
tras sortear ya con un punto de impertinencia por mi parte a
otro Harry con silbato que viéndome imberbe y frágil me abordó
en el parking sur -en el gratuito parking sur, señores- para
solicitarme no sé qué acreditación, me vi dentro del Hipódromo
con mi carnet, que resultó ser bueno, para disfrutar de la
magnífica jornada de carreras que iba a acontecer y para, en
los momentos sueltos, darme a ese pasatiempo feliz que
consiste en ponerles rostros a vuestros nombres. Así
pensé, tras la primera carrera, si sería Pedro Jiménez Alonso
un mocetón con un tres cuartos ocre que revoloteaba alrededor
de Roberto López. Y pensé si sería Afriketa, o Marta
Varela, una chica con gafas de sol a la que los componentes de
un grupito joven que hablaba de guardias hechas no sé dónde y
de cómo era Maig cuando era potrillo saludaron alegres. Y
pensé si sería Olímpica, o Palomitu, una mujer morena que le
preguntaba a Paco Galdeano por el debutante Rivallero, o
Turftito un muchacho que al paso de Jarcovsky hacia la pista
ataviado con la camisola colchonera de la cuadra de Lass
Prince le animó con la siempre jacarandosa interperlación
"Aupa Atleti"; o Chayote o Affirmed un señor que me cedió
atento el puesto a la salida y ya en los coches. Y pensé
si por ventura alguna de vuestras señorías sería un hombre que
gastaba unas patillas de ballenero de Nantucket con el que me
crucé cerca de la carpa de acreditados, o si alguna de
vuestras señorías pensaría que este Leonard fuese un chico
idéntico a James Dean con el que se cruzara allí donde las
chicas de Biottherm acometen a los viandantes. Bueno,
compañeros, qué felicidad el retorno de las Carreras, qué
bonito día el de ayer, qué guapos estaban Boabdil y Black
Socks, qué piernas tenía una de las azafatas de Martini, que
gran impresión me causó Imperiossa, y en que lío me he metido
con Horacio Betansos, que es un 10 como jinete y un 11 como
persona: no sé si podré dejar de apostar a los caballos que el
conduzca. Ah, y concluyo: cualquier parecido mío con James
Dean es pura
coincidencia. _________________
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