JOCKEYS (por Origenes)
Foro A Galopar & Turfinternet, 06/12/2006

Que la Historia tiene un comportamiento cíclico en muchos aspectos, casi nadie lo duda, y que los paralelismos están a la orden del día, es algo de sobra conocido.

Hace décadas, había en nuestro hipódromo Carudelistas y Romanistas, apelativo inevitable para aquellos que rendían culto al “Rubio de Oro”, o bien a ese duro Toledano de palabras justas que atendía al nombre de Román Martín. Dos conceptos diferentes, un objetivo idéntico: llegar el primero a la línea de meta. Esos dos jockeys hicieron época. Durante dos o más décadas, cada año se trataba de dictaminar si uno u otro se haría con la estadística. Montas inolvidables, miles de carreras pilotando toda clase de purasangres; modestos o magníficos. Con machos o hembras, en grandes premios o en simples hándicaps, tanto Carudel como Román nos regalaron ciento y una lecciones en el dificilísimo arte de cabalgar.

Carudel era más fino, con un sentido del paso inigualable, correcto con la fusta, un maestro con caballos de calidad. Su capacidad de improvisación era fruto de su inteligencia, y en más de una ocasión “robó” victorias merced a su fino sentido de la oportunidad. Sabía siempre lo que llevaba debajo, no se limitaba a sentarse encima del caballo, sino que conocía las virtudes y los defectos de sus cabalgaduras, quizás más de lo que ellos sabían acerca de sí mismos.

Román era igualmente cabal, entendido, y sobre todo confiaba en los conocimientos de los preparadores para los que montaba. Con Jesús Mendez formó un tanden casi imbatible, condujo al igual que Carudel a los ejemplares más relevantes de su época, y su eficacia no tuvo parangón. En alguna ocasión se le acusó de usar la fusta más de lo debido, pero no es menos cierto que se trató de ocasiones especiales y con caballos que solo respondían al estímulo del látigo.

El genial Cristóbal Medina, el estilo personalísimo de Ceferino Carrasco, ese contundente Florentino González que acaba de retirarse, Paulino García, Gelabert, Espinosa, Cañizo, Hernanz, … Muchos nombres, y muchos estilos para interpretar la misma partitura, de forma eficaz en todos los casos.

Hoy en día los nombres son otros, y la similitud es evidente. Fayos recuerda a Román, José Luís Martínez se parece a Carudel, Horcajada tiene mucho que ver con Cañizo, y sin embargo el estilo de cada uno es propio, beben de fuentes muy diversas y todos tienen sus seguidores y detractores.

Yo soy un aficionado más de caballos que de monturas; me gusta que gane el mejor de los purasangres, y que el jockey cumpla el viejo dicho de ganar con el que no debe perder, antes de hacer que llegue delante uno que es peor que el otro. Eso no quiere decir que no disfrute con una buena monta, o que no le dé mérito a una victoria fruto de una conducción sublime.

Por eso pienso que, en cuanto seguidores de Fayos, Horcajada, o de José Luís Martínez (por nombrar tan solo a los primeros jockeys de la estadística) todos tienen razón, se trata de tres grandes. Hierran los aficionados cuando por defender a su jockey preferido echan pestes de alguno de los otros. Esta temporada he visto montas antológicas de cualquiera de ellos, y algunas malas de los tres, porque cada carrera es un mundo y cada caballo supone un desafío diferente; el estado físico de la persona varía y alcanzar la forma lleva su tiempo.

Este año parece que Fayos acabará con un casillero superior de victorias, pero el número sin más nunca es completamente justo. Cada uno en su estilo es bueno, una garantía para los apostantes, y placer estético para el aficionado.

Que los tres, así como el resto de nuestros buenos jockeys, sigan dando a nuestro turf cientos de buenas jornadas de carreras.