Los orígenes dan sorpresas; la mayoría no son buenas, pues resulta más habitual, que de unos brillantes padres surja un penquito de tomo y lomo, que ese crack con el que todo criador sueña. De cien combinaciones en teoría perfectas saldrá como mucho un fenómeno, diez caballos realmente buenos, un pelotón de ejemplares útiles y una considerable proporción de elementos sin relieve, o directamente, no corredores.

Pero también, aunque de forma menos frecuente, de vez en cuando surge un caballo, portador de un origen “bueno a secas” o incluso del montón, que se erige como líder de su generación, o funciona tras su vida de hipódromo sorprendentemente bien en su faceta como semental.

Yo llevo unos cuantos años siguiendo con atención las evoluciones de Pivotal, pues creo que es un ejemplo paradigmático de lo que expongo en el párrafo anterior. Todo en este caballo me sorprende favorablemente. Para empezar, a la vista de su origen, no debería haber sacado el físico que posee, ni su distancia ideal tendría que ser la que demostró en carrera. A su padre Polar Falcon le ocurrió algo parecido, puesto que en base a sus ancestros más próximos, su distancia teórica tendría que haber pasado con holgura de la milla, y él fue mejor en distancias por debajo de esa marca. Tampoco su línea femenina apunta a una reducción de metros importante. Pivotal, físicamente es redondo como una pelota y tremendamente fuerte, eso sí es coherente con su vocación de velocista. Creo que en su caso se ha llegado a lo que se puede denominar “colapso morfológico”; independientemente de lo que indiquen sus genes, su estructura ósea y la generosidad de sus carnes, determina por completo la imposibilidad de recorrer una distancia superior a los mil cuatrocientos metros sin entrar en la fatiga. La masa es uno de los principales recursos de los velocistas, y Pivotal, aunque no muy grande, es un “mazas” de cuidado.

En España hubo algún caso parecido. Hace poco se ha hablado de Albero, que fue un caballo muy bueno, cuya distancia ideal eran los mil cuatrocientos metros, ni uno más, ni uno menos. Y el caso es que el físico de Pivotal me recuerda mucho al de Albero y sus circunstancias (salvando las diferencias de clase) fueron muy parecidas. El nuestro era un hijo de Chacal y Spanish Rumbita, por My Mourne; es decir, cruce de un ganador del Gran premio de Madrid con una hija de un semental laureado en la misma prueba. En teoría, así sin más, el producto resultante debería tener una distancia ideal superior a los dos mil metros, por mucha velocidad que suministrara la línea femenina. De hecho, otro ejemplar hijo de la abuela materna de Albero, ganó nuestro Derby. Estoy hablado de Adriático por El Señor y Tere Aguacate. Albero, quizás debido a la generosidad de su físico se lesionó a las primeras de cambio, pero tras una recuperación muy bien llevada, volvió a las pistas con cuatro años para demostrar hasta bien cumplidas las seis primaveras, lo buen velocista que era. Quizás su precoz pero no grave lesión, le sirvió para consolidar su físico rotundo y fuese en definitiva la causa de su longevidad como corredor. A veces en la vida, pequeños contratiempos nos permiten serenarnos y reflexionar, de manera que se convierten con el tiempo en la razón de nuestros éxitos.

Tras el inciso patrio, vuelvo a Pivotal, puesto que su influencia en los pedigríes actuales empieza a ser notoria, y quien sabe si con el tiempo pase a convertirse en fundamental. También me he decidido a hablar de él, porque recientemente se ha producido la victoria en las dos mil guineas irlandesas de un caballo fuertemente emparentado con él, Araafa es hijo de una propia hermana de Pivotal, y de Mull of kintyre un semental relativamente nuevo, que como corredor no pasó del nivel Grupo II. Esto indica que el cruce: Polar Falcon- Cozzene, sobre la línea materna de Pivotal es bueno en extremo. Me gusta ir archivando mentalmente este tipo de combinaciones tan positivas, por que nunca se sabe por donde saltará la liebre. No lo digo porque vaya a sacar partido económico de ello, pero uno disfruta aprendiendo cuando puede en este complejo y nunca exacto mundo que es el estudio de los orígenes.

Pivotal está produciendo excelentemente. El año 2004 quedó primero en la lista de ganancias de sementales en Inglaterra. Su elevado canon de cubrición de 65.000 Libras esterlinas está justificado de sobra, y se lo ha ganado a pulso; no como otros, que empiezan sus carreras de semental con elevadísimos precios, gozan de innumerables oportunidades y para cuando se demuestra que son malos en esa función, sus dueños ya se han embolsado una buena cantidad de pasta. Yo creo que alguna de las hijas de Pivotal podría parir un crack. Lo de generar su propia línea de sementales, lo veo difícil, aunque alguno de sus mejores hijos puede que lo haga bien como padrillo. Su abuelo Nureyev, ha resultado un magnífico semental, sus hijas han sido unas madres de leyenda, pero pocos de sus machos se convirtieron en padrillos de importancia. Quizás este Pivotal, sea una de las últimas oportunidades que tiene Nureyev de que su línea masculina perdure algunas generaciones más.

Ya sé que hay diferencias ostensibles, pero el caso de Pivotal también me recuerda bastante al de The Tetrarch. Este ejemplar de pelaje llamativo y velocidad endiablada, también supuso una enorme sorpresa en base a su origen. Según sus papeles no debería haber sido tan bueno ni tan rápido, y sin embargo resultó imbatible a dos años. Una lesión lo apartó prematuramente de la competición, pero en la yeguada se convirtió en mítico al producir sobre todo a la incomparable Muntanz Mahal. Se puede afirmar que la practica totalidad de los ejemplares tordos de nuestros días, le deben su capa a The Tetrarch. No creo que Pivotal llegue tan lejos en su influencia como el afamado tordo con lunares, pero sin duda este sorprendente alazán es “un gran tipo”.