Donde se ubiquen las mayores satisfacciones de las siempre recordadas tardes de carreras en la cuesta de las Perdices, allí estará constantemente la alegría de Peine de los Vientos. Por eso escribe hoy mi pluma, cargada de tinta jubilosa, sobre cosas de caballos que es lo que me apetece hacer. El aumento en estos últimos días de comentarios, y planes de futuro para la próxima apertura de nuestro hipódromo, nos hace ser cautelosos, con las decisiones y planes que se adopten o se vayan a adoptar sobre la apertura de La Zarzuela, donde ya, algunos dicen, haber oído campanas que suenan a gloria y a confirmación.

Si hemos comenzado a recorrer la Orbita, hasta que veamos funcionando lo que amamos, esperamos que los maliciosos interpretes, que nunca faltan, no vean digo, en esta prevención el menor prurito negativo, sino un reflejo estricto de lo que puede amenazar en un estado de impaciencia, porque se solucione todo de golpe, ahora, ya.
!Ojalá¡ sea antes de lo que se piensa, pero eso si, con orden y concierto, pero a la vez que no les de tiempo a los, caballos a que les salga barba.

Estas líneas no pretenden supervisar el funcionamiento futuro de la entidad que se quede encargada de organizar las carreras en Madrid, pues eso queda e incumbe a los encargados de montarlas y vigilarlas.
Practicamos el principio de que doctores tiene el organismo, pero cuando dicho funcionamiento, puede repercutir en un nuevo hecho lamentable, y que seria de no acertar esta vez, muy peligroso y seguramente el final, de lo que entre todos tratamos de que no suceda.

Creemos con perdón, que el ejercer la crítica, puede ser constructivo, para que entre todos podamos levantar una pancarta que diga. ¡¡ Al FIN, CARRERAS EN MADRID !!