Hardicanute, apuntes sobre un semental en el recuerdo y su influencia
genética en una estrella del momento: DIVINE PROPORTIONS
Corrían lo años setenta, quizás la época más feliz para las
carreras en España. Cada año se incrementaban el número de caballos y
la cuadra Rosales junto a la Mendoza reinaban en nuestro modesto Turf.
Disfrutábamos de un programa completo, con nuestras carreras “clásicas”
y generaciones de cuadrúpedos cada vez más distinguidos. Los ejemplares
importados traían en sus orígenes efluvios y reminiscencias de los
grandes caballos Europeos. Recuerdo la emoción que me suponía descubrir
en el programa para el próximo domingo, que en la tercera debutaba un
hijo Saint Crespin III, ¡ un hijo de un ganador el Arco corriendo en la
Zarzuela! Ahora no parece gran cosa el asunto, pero por aquel entonces las
noticias sobre el turf extranjero eran escasísimas y la información que
hoy nos proporciona Internet, pura entelequia.
La sociedad de fomento (que entonces para algo si servía) importó un
lote de hembras con objeto de ser revendidas a propietarios españoles.
Salvo un par de ellas, poco aportaron a la cría nacional. La mejor sin
duda fue DELFICA, una torda de aspecto elegante que con los colores de la
cuadra Ondar-Extre se adjudicó el Oaks del año setenta y tantos (perdón
por las imprecisiones léxicas y cronológicas) eso sí montada nada mas y
nada menos que por el divino Lester (supongo que el apellido no es
necesario). Aquella yegua era hija de HARDICANUTE, y quizás por el éxito
de Delfica, durante los siguientes años arribaron a nuestras latitudes
varios hijos de este semental (asequible para nuestros pagos) o bien se
llevaron buenas madres nacionales a cubrir por él. Cito a los que
recuerdo como mejores corredores de su linaje: BID FOR GLORY, NOONTIDE,
BAKAR (gran fondista) y CHIARA (quizás la mejor), a parte de la ya
mencionada Delfica.
Como no se trata de entrar en profundidades, solo mencionaré que los
Hardicanutes eran ejemplares dotados de más fondo del que él mismo tuvo,
agraciados con un buen remate, de físico mediano, echuras límpias y
justos de peso. Tenían clase, buen temperamento y adoraban el barro.
Cuando ganaban lo hacían con estilo, viniendo por el exterior y
alejándose de sus rivales. Siempre tuve predilección por sus vástagos.
HARDICANUTE, produjo mejor de lo que por su origen y actuaciones se le
suponía. Un hijo suyo: HARD TO BEAT, resultó un campeón en Francia. Al
final, ambos acabaron sus días en yeguadas Japonesas (su influencia allí
me es desconocida).
Pero la fama de Hardicanute cobró poco después actualidad, cuando una
potro castaño oscuro hijo del gran Mil Reef se imponía en el Derby de
Epson del año 1978. El elemento en cuestión era SHIRLEY HEIGHTS, del que
creo no hace falta presentación, por su indudable influencia en la cría,
sobre todo a través de sus hijos Slip Anchor y Daharsan (los dos
Derby-Winer – Inglés-Francés). La madre de Shirley Heights, era una
tal Hardiema (hija de nuestro Hardicanute), reproductora que en un
principio no parecía estar destinada por sus genes a lograr en la yeguada
la hazaña de dar un ganador en el Derby.
Como siempre ocurre las poderosas aves rapaces del turf (grandes
propietarios), planearon sobre Hardiema y su descendencia, asegurando con
su adquisición el acoplamiento futuro de la línea femenina con los
sementales más granados. Y de este modo, desde una propia hermana de
Shirley Heights + Sadlers Weels + Kingmambo, aquí tenemos a DIVINE
PROPORTIONS.
Nunca se sabe lo que uno hereda de sus ancestros, a veces el truco de un
campeón reside no tanto en sus escalones más próximos, como en el
guiño genético que aporta un tatarabuelo materno, por ejemplo. Viendo
una foto de DIVINE PROPORTIONS, no puedo sino pensar en Hardicanute y
sentir que la dama tiene más de éste de lo que proporcionalmente le
debería corresponder.
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