Domingo, 03 de octubre.
Nos olvidamos de la parafernalia que supone el día grande, traducción
en japonés incluida, el día en que se corre el Arco del Triunfo.
Sí recordar las primeras líneas del repaso al sábado, para aclarar
que después del Prix du Cadran ya nos fue imposible, o más bien no
tuvimos agallas para levantarnos del asiento por miedo a perderlo.
Estudiando la noche anterior el meeting del domingo, y aclarando que ya
me gustaba de antemano, hice una consulta de lo más tonta sobre ecart
ganador sobre número de mantilla, el número de carreras, en función de
las mantillas, que llevaban sin pasar por ganadores en el Quinte.
Descartando desde la décima hasta el final, observé que la mantilla
número 7 era la que mayor número de carreras llevaba sin pasar por
ganadores. Curiosa coincidencia, no hizo más que acrecentar mi optimismo
hacia la pupila de Laffon, propiedad de Felipe Hinojosa. En el paddock,
una fenómena, grande y guapa, perfectamente presentada, tónica general
del meeting evidentemente, y muy situada en peso. Muy en carrera, siempre
bien guardadita para que no viera pista, se hizo el hueco y entonces
pareció un avión. Terreno endiabladamente rápido, muy del gusto de
rematadores. Ella, una de las más resolutivas de la reunión,
enhorabuena.
Lo dicho, el Cadran fue nuestra última visita al paddock, aunque no
hubiera hecho falta. Sí, sin embargo, más presencia inglesa en esta
prueba sólida, de profundo calado para el espectador. Westerner era uno
de los más consistentes caballos de la reunión y así lo constató.
Prueba corrida de antemano. Buen trabajo de Gibson recuperando los mejores
valores de Cut Quartz, quién no tenía porqué dar su mejor valor sobre
este terreno.
Leí hace poco la pregunta de algún amigo forero sobre el tiempo
rápido del Arco, preguntándose sobre si el terreno habría influido en
ello. El sprint del L’Abbaye puede dar algún indicio sobre ello. Sus 55
segundos exactos hay que situarlos desde 1984 como el mejor crono de la
carrera. Y tampoco es que hubiera campeones por doquier entre sus
participantes. Y voy más lejos aún cuando el ganador lo hizo casi todo
por el exterior, sin una cuerda a la que arrimarse. Var fue sin duda una
de las sorpresas más agradables de la reunión, augurando su entrenador,
aquí ya es más difícil opinar, que aún queda más por ver. Del resto
me quedo con la gran remontada de Royal Millennium, al que le faltaron
metros, y la solidez de The Tatling, gran temporada la suya.
Se presentaba para mí un L’Opera interesantísimo. Con todos sus
defectos, había yeguas de calidad como Chorist, Yesterday, Whortleberry o
Grey Lilas. O para que me entiendan, sobre el papel, estas estaban un
pasito por delante del resto. Pero la cosa se torció ante el descarte de
la primera, y puestos a buscarle tres pies al gato, el dinero de la
carrera se llamaba Alexander Goldrun. No me pregunten porqué pero fue mi
apuesta personal. Será que por la forma de correr de Grey Lilas, los 10
furlongs se le podían atragantar como ya sucediera en el Diane. Entonces
Alexander Goldrun arribó tras ella, pero hoy podían cambiar las cosas,
sobre todo tratándose de una consistente rematadora. También, es
evidente, la de Fabre había obtenido su mayor éxito sobre la milla,
mientras que la otra se había dedicado a seguir intentándolo sobre los
10 furlongs. Yesterday recupera valores según toma el pulso a la
competición, y en la próxima no me extrañaría que volviera a pelear
una llegada. El tiempo de la carrera fue el segundo mejor crono tras el de
Petrushka.
Otro punto álgido de la reunión fue la victoria de Divine Proportions.
Como casi siempre, las dudas crecen cuando se trata de una yegua que ha
seguido el camino de esta, es decir, no tener contacto previo con la
milla. Más si cabe, pues sus actuaciones se basaban en 5 y 6 furlongs. Y
su tamaño también juega en su contra, aunque visto lo visto, la clase
puede con todo. Sin embargo, dándome a conocer como un auténtico fan
suyo, deberemos esperar a la edad clásica, esa que marca la verdadera
categoría de los caballos, para saber si lo suyo ha sido precocidad o
superioridad. Quizás el año que viene estemos hablando de ambas, pero
demos tiempo a nuestras opiniones. Después de la exhibidora me quedo con
Intrigued, mal traída en la recta por Sanders, recuperó lo suyo, y tiene
origen para mucho más. Ya es ganadora en Epsom. El tiempo fue el segundo
mejor desde 1.969, si no me fallan las cuentas.
En el Grand Criterium, homenaje póstumo a JL Lagardère, pudo haber
doblete del empírico Abdullah si no fuera por la propensión de Early
March a abrirse en la recta. Desde luego estuvo poco fino Peslier dejando
un hueco precioso para que un esforzado Oratorio diera caza en el último
tranco a los peleones Early March y Layman. El ganador me pareció un
ejemplar bueno, capaz, concienzudo, muy metido en su papel. Early March,
que físicamente parece un caballo mal hecho, tendrá sus oportunidades
sobre la milla el próximo año, mientras que Layman parece todo lo
contrario. De mucho físico, pienso que le falta un hervor, por ello que
el tiempo y la distancia jueguen a su favor. El crono de la carrera es el
mejor de las tres disputadas hasta ahora.
En fin, el Arco es otra cosa. Merece comentario aparte. Pero advertir,
como ya habéis leído, que los tiempos fueron magníficos sobre la pista
rápida de Longchamp.
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