D.S.: ¿Cómo, cuando y por qué comenzaste tu profesión como jockey?

C.C.: Yo empecé hace cincuenta, no cuarenta y… bueno no, espera, empecé hace cincuenta años, aproximadamente, porque tengo sesenta ahora y empecé de niño, con diez años. Porque mi padre, mi abuelo, mi bisabuelo, mi tatarabuelo, todos fueron jockeys, jockeys y entrenadores. Mis tíos eran jockeys, mi padre, mi tío Miguel, que montaba en Inglaterra, y era muy bueno, por cierto. Bueno, yo creo que por eso me viene la afición, no por otra cosa. Me he criado entre caballos.
Fíjate que yo empecé a montar con trece años en carreras, y con quince años ya era jockey. Era el jockey más joven de mi época, el más joven de lejos. Y ya tenía mi primer contrato, con la Cuadra Cruz del Sur, de Don Juan Esnaider.

D.S.: ¿Es decir que entre todos, me imagino que fue tu padre el que más influyó en ti?

C.C.: No, mi padre no influyó demasiado, y te diré por qué, porque él no quería que yo montara. Tenía que montar a escondidas, empecé a montar con Claudio López, un entrenador francés que estaba en España, y que preparaba los caballos de las cuadras Jonescu y Gandaria. Mi padre sabía que me gustaba mucho, pero no quería. Hasta que un día me pilló, y ya no tuvo más remedio que dejarme montar.

D.S.: ¿Se dio cuenta de que valías para jockey?

C.C.: No, en ese momento no valía, la verdad (risas). Pero digamos que me dejó por imposible.

D.S.: ¿Y cómo crees que has influido tú en tus hijos, que también están metidos en este mundo de las carreras de caballos?

C.C.: Hombre, mis hijos son muy aficionados, los tres. Uno de ellos montaba, y montaba bastante bien, Óscar, pero lo tuvo que dejar por problemas con el peso, fue una pena. Pero ha influido en toda la familia.

D.S.: ¿Y en todos estos años, que ha sido lo mejor?

C.C.: Lo mejor… hombre, mi época fue muy buena. He tenido la suerte de montar a los mejores caballos que ha habido en España, gracias a Dios. Y he ganado todos los grandes premios de España, menos la Copa de Oro, que esa se me negó. Pero los demás los he ganado todos y varias veces cada uno.

D.S.: Y aunque me imagino tu respuesta... ¿Lo peor?

C.C.: Lo peor… fue lo de Pepe González (***) y por su puesto el cierre de La Zarzuela.

(***) D.S.: Para los aficionados más jóvenes, voy a contar la historia que menciona el bueno de Cefe, lo de Pepe González. Toda la historia publicada en la revista Corta Cabeza nº193. 5-IX-1980. Por El Reserva:

Fue en San Sebastián, el 31 de agosto de 1980. Premio Hernani. 2.200 metros y con una dotación de 100.000 Ptas. Ceferino, montaba a SOMIEDO, un caballo de la Cuadra Asturias, con la que tenía contrato, y que preparaba Juan Jesús Ceca. Ceferino quedó en segunda posición, a un cuello de la ganadora, TORERA, de la Cuadra Roncal, preparada por Juan Vicente Chavarrías y montada por Bartolomé Gelabert. Tras la carrera, el propietario de SOMIEDO, Pepe González, se dirigió a los comisarios del hipódromo de Lasarte, manifestándoles que había rescindido el contrato con el jockey Ceferino Carrasco, por retener a su caballo SOMIEDO, impidiendo su victoria, y que debido a ello solicitaba autorización de los mismos para que dicho jinete, no montara en las dos ultimas pruebas de la tarde a sus caballos HARD JACK y PANDAR.

Los comisarios de Lasarte, en una decisión sin precedente y, al menos en mi opinión, contraria no sólo a la simple lógica, sino también al propio código de carreras, autorizaron el cambio de monta. Tras la jornada se abrió una investigación y los comisarios de Lasarte sancionaron a Ceferino, durísima e injustamente, con tres meses sin montar. Por cierto, que ese caballo misteriosamente murió unas semanas más tarde.

D.S.: ¿Como jockey, cómo te describirías?

C.C.: Como jockey... no sé cómo me describiría, la verdad, se puede decir que normal, un jockey normal.

D.S.: ¡Qué modesto eres Ceferino!

C.C.: Aunque una cosa curiosa, es que yo me hice jockey dos veces... sí, porque en mi época se era jockey a las cuarenta victorias, llegué a las cuarenta un 3 de enero, el día de mi cumpleaños, con GORA en Sevilla. Y luego cambiaron la normativa, y tenías que llegar a las cincuenta carreras para hacerte jockey, y llegué a las cincuenta con MISTER LEYLAND, en Madrid. Curiosamente los dos, GORA y MISTER LEYLAND, entrenados por mi padre.

Y te diré que, como jockey, me gustaban más las carreras largas que las cortas. Gané el Gladiateur cuatro veces, y alguna cuando se corría sobre 5.000 metros, imagínate en el mes de noviembre, con la pista embarrada y correr 5.000 metros, una locura. Y el Gran Premio de San Sebastián lo gané tres veces, el Corpa cuatro... En las carreras de distancias largas podía pensar y disfrutaba más del recorrido.

D.S.: ¿Quién fue tu maestro?

C.C.: Mi maestro fue... yo siempre me fijaba en Claudio Carudel. Maestro, lo que se dice maestro, los jockeys no tienen, los jockeys se hacen. El entrenador le puede indicar, pero si luego tú no vales... y después, tú fijarte en el que tú crees que es el mejor, yo me fijaba en Carudel. Y la verdad es que siempre me daba buenos consejos. Para mí, ha sido mi maestro.

D.S.: ¿Recuerdas tu primera monta?

C.C.: VICKS de Don Luis Parladé. Y me caí (risas). Sí, tú ríete, pero en la primera me caí, y en la segunda también me caí. En la tercera, montaba a una yegua y se rompió la cadera, vamos que se descaderó. Y en la quinta carrera, conseguí ganar. Con LA RUNE, en Sevilla.

D.S.: ¿Y de tantísimas victorias, que si no me he informado mal, ¡fueron más de 620!, alguna o algunas especialmente recordada?

C.C.: Muchas, muchas y caballos muchos, y no sabría decirte cual es el mejor que he montado, porque cada uno en su época era el mejor. Yo estoy imbatido con dos caballos. Con MASPALOMAS, que lo monté ocho veces y ganó las ocho veces, además en todos los grandes premios. Nacional, Derby, Gran Premio de Madrid... Y con VICHISKY, que lo monté nueve veces y gané las nueve. También Derby, Gran Premio de Madrid, Memorial...

D.S.: ¿Te gusta que te recuerden por el jockey de VICHISKY?

C.C.: No, a mí me gusta que me recuerden como jockey.

D.S.: Claro. Pero es que muchos de mi generación, los de treinta y tantos, te recordamos por ser el jockey de VICHISKY. Y aunque pueda ser un poco injusto, por todos los grandes caballos que has montado, por lo menos a mí, cuando me mencionan a VICHISKY, inmediatamente pienso en Ceferino Carrasco. O si hablo de ti, pienso en VIVHISKY. Me sale natural.

D.S.: ¿Y es VICHISKY el mejor caballo que has montado en tu vida?

C.C.: En su época ya te he dicho que sí, VICHISKY era el mejor, pero como muy bien has dicho, he montado caballos muy buenos. Como NAVALCAN, que con él gané mi primer gran premio, el Premio Villamejor, en el año 1965, y le tenía un cariño especial.

Hablando de VICHISKY, era muy bueno muy bueno, y muy difícil de montar. Como te he comentado, corrió once veces, y las dos veces que no le monté yo, no ganó. Las otras nueve veces que yo le monté, ganó. Era muy difícil de montar. Pero muy bueno, y estoy seguro que si en ese momento, la frontera no hubiera estado cerrada por la peste equina, hubiera ganado un Grupo en París, pero seguro.

D.S.: ¿Muchos caballos verdad?

C.C.: Muchos, cierto, muchos y muy buenos. MASPALOMAS por ejemplo, que era un caballo encantador. También muy bueno, como VICHISKY el mejor de su época. Pero lo que tenía era corazón, todo corazón. Lo daba todo y más. En su época el mejor. Pero es que he montado muy buenos caballos, ahora recuerdo a REVIRADO, MING, ROCHETO muy galopador, quizás ROCHETO junto a NAVALCAN fueran los caballos más galopadores que he montado. No los mejores, pero si los más galopadores. También ORIGENES de Mendoza. YANIN, FAVALLU, pero muchos, muchos. O VILLABLANCA, que también era muy buena, en yegua puede que la mejor que he montado. Con ella gané el Nacional batiendo a un buenísimo caballo como EL CRICRI de Mauricio Delcher. Que después gano la Copa de Oro.

D.S.: ¿Cuál es el mejor caballo, o los mejores caballos que has visto galopar en nuestros hipódromos?

C.C.: ¡Ha habido muchos! por ejemplo RHEFFISSIMO, LA SCANDALOSA… EL SEÑOR, EL PAIS. Muchos. De pequeño estaba entusiasmado con NEMBUTAL, yo todavía no montaba, pero eso era un fenómeno. Pero he visto correr a WILDSUN, a CAPORAL, que recuerdo que tenía yo once años, y guardaba los recortes de prensa de sus victorias.

D.S.: ¡Pues me das mucha envidia, Ceferino, por haber visto a tantos y tantos campeones!

D.S.: Fuiste nueve veces tercero en la estadística de jockeys, siempre detrás de Claudio Carudel y Román Martín. ¿Lo llevabas con deportividad, o alguna vez te llegaste a desesperar?

C.C.: No nunca, nunca. Pero es que nos llevábamos muy bien. Hombre, con unos mejor que con otros, claro está. Por ejemplo, con Claudio Carudel me llevaba muy bien, recuerdo que siempre nos vestíamos juntos. Y con todos en general muy bien, pero con Claudio mejor. Aunque he tenido muy buenos compañeros Román, Borrego... nos llevábamos muy bien. O Florentino González con el que también me llevaba muy muy bien. Cristóbal Medina, pon a Medina, que este es muy celoso, y se enfada. Bueno, un año la hubiera ganado, pero me sancionaron tres meses, por lo de la Cuadra Asturias, y no pude, pero ese año creo que la hubiera ganado.

D.S.: ¿Con que preparador o preparadores trabajabas más a gusto?

C.C.: Los Galdeano, Luis Maroto, Jesús Méndez... es que he trabajado con casi todos los preparadores y todos tenían sus cosas buenas y sus cosas malas, pero vamos, con casi todos me he llevado bastante bien.

D.S.: Y de todos los propietarios para los que montaste, que me imagino que fueron muchísimos. ¿Alguno o algunos con los que hubiera una verdadera amistad?

C.C.: Te podría decir muchos, pero por ejemplo Don Antonio Blasco, con el que estuve siete años como jockey y para mí fue un señor. Pero te puedo decir más, el Marques de la Florida, Don Ramón Mendoza, la Yeguada Cataluña con la que estuve ocho años... muchos, muchos, es que han sido cincuenta años. Imagínate que, en un año llegué a tener cinco contratos, primera monta, segunda monta, tercera monta, cuarta monta y quinta monta, de verdad.

D.S.: ¿De los jockeys actuales cuál es el que más te gusta?

C.C.: ¡José Luis Martínez!

D.S.: ¿Alguno que te recuerde especialmente a ti, en su forma de montar?

C.C.: No. Cada jockey monta de una forma, yo como te he comentado antes, me fijaba en Carudel, porque me gustaba como montaba, pero no le imitaba. Me daba muchos y muy buenos consejos, pero yo nunca he copiado de nadie, y creo que nadie copie de nadie.

D.S.: ¿También fuiste preparador, cierto?

C.C.: Yo fui dos veces entrenador, pero me gustaba más montar. Tuve la Cuadra Mendoza de jockey y entrenador. Y tuve también la Cuadra Biri y la Cuadra Madueño. Pero estar montando, y a la vez entrenando a mí no me gustaba, y eso que gané muchas carreras como jockey y preparador, pero es muy difícil. O eres jockey o eres preparador, pero hacer las dos cosas no funciona. Y a mí de jockey no me quitaba nadie.

D.S.: ¿Y actualmente que función desempeñas en el hipódromo?

C.C.: Yo ahora soy el jefe de pista. Estoy pendiente de la pista y su mantenimiento, de los que se caen, del arrastre... de todo lo que tiene que ver con la pista. Y he de decir que la pista de La Zarzuela, está estupenda, muy bien muy bien. La de hierba y la de fibra.

D.S.: Pues en Dos Hermanas tendrías mucho trabajo, ¿verdad?

C.C.: En Dos Hermanas, se enfadaron conmigo, porque me hicieron una entrevista y dije que la pista así no podía estar. Que las instalaciones eran maravillosas, pero que la pista estaba en unas condiciones horribles. Y es normal, creo que solo tienen una persona encargada de su mantenimiento todo el año, y así no puede ser. Tendría que ser de arena, ni siquiera de fibra, porque la fibra es para que no se hiele, pero en el sur, con una pista de arena sería suficiente y quedaría fenomenal.

D.S.: ¿Crees que conseguiremos tener el hipódromo que nos merecemos?

C.C.: Yo creo que si, va la cosa despacio, pero creo que va firme.

D.S.: ¿Te gustaría añadir algo más?

C.C.: Agradecer al hipódromo lo que me ha dado. Todo, mi pan, mi hobbie, mi vida... todo.

D.S.: Pues yo, no quiero terminar esta entrevista, sin agradecerte, y creo que hablo en nombre de muchos aficionados a las carreras de caballos en España, todas las grandes tardes de carreras que nos hiciste disfrutar. Han sido tantas y tan buenas, que siempre te estaremos agradecidos. Muchísimas gracias Ceferino. Ha sido un verdadero placer, y si me lo permites un grandísimo honor. Un saludo y hasta siempre.